Hace unos días impactó la muerte de Alberto Cortéz, amigo y compañero de canciones de Facundo Cabral. Y como los artistas quedan en el alma de su gente, hoy recordamos momentos de su vida y de su impronta.
Por un momento, las letras se trasladan y discurren hacia otro sitio, dinámicas y a su vez necesarias. ¿Por qué? Porque la vida hace que hoy brindemos un lugar especial a esta gran persona y artista; amigo de Facundo Cabral fallecido días atrás.
Alberto Cortéz, cantautor comprometido y de los grandes, partió hace unos días en busca de la libertad más infinita. Y ello impactó con profundo pesar y emoción en todas las personas a quienes supo tocar con sus canciones.
Nacido en Argentina, La Pampa, amó la música desde muy chico y, luego de intentar una vida universitaria, se decantó finalmente por el arte. Era aquello que corría por sus venas. Fue entonces cuando se integró al grupo Argentine International Ballet and Show, en el que cantaba y tocaba la guitarra.
Con ellos, cruzó los mares y debutó en Bélgica y en Europa de la mano de un productor de discos que los abandonaría tiempo después. Allí, comenzó su carrera solista en España y en diversos lugares del mundo a los que viajó llevando su música.
Alberto Cortéz se manifestaba satisfecho con su experiencia, agradecido: “estoy contento con lo que he hecho, porque lo he hecho siempre poniendo por delante la dignidad”.
“Uno no es dueño de nada. Por fortuna es así. Dios nos regaló la vida, que vivimos con la intensidad que podemos, con lo que más nos gusta y amamos".
Además de su variada creación discográfica y de actuar y colaborar con diversos artistas, tuvo la posibilidad de escribir cuatro libros. Porque su capacidad de crear no conoció fronteras estancas: “soy de esos locos que sigo creyendo en el vuelo del pensamiento, más que en los pensamientos en sí, que pueden estar equivocados: determinadas formas de vida, ideas...”
En 1994 inician una gira con Facundo Cabral por Latinoamérica y graban cuatro discos. El espectáculo “Lo Cortéz no quita lo Cabral” quedará en la memoria como aquella obra donde el talento, la humanidad, el humor y la complicidad de ambos, vive hasta hoy.
“Facundo fue un excelente amigo y sucede como siempre, que lo que uno quiere se va sin preguntar, sin que la vida te lo amenace”. (Alberto Cortéz).
Tras la muerte de su compañero, Alberto Cortéz recordaría que juntos habían recorrido América Latina: "tengo un recuerdo fantástico, excelente, de él. Siempre estuvo luchando por la paz". Además de reconocer que para él había sido muy duro: “yo escribí unos versitos de homenaje. Por el inmenso respeto que nos repartíamos”.
El 04 de abril último, a los 79 años, Alberto Cortéz falleció en Móstoles, Comunidad de Madrid, a causa de una hemorragia gastrointestinal.
Era el poeta de las cosas simples. Así lo llamaban gracias a la simplicidad y profundidad de sus letras. Y así trascenderá su recuerdo a través de su obra. “Cuando un amigo se va" es una de sus canciones más emblemáticas, y hoy, dos amigos se estarán reencontrando y abrazando en otro sitio. Entonando unos acordes, deleitando y contándose todo aquello que les había quedado por decir.